martes, 26 de agosto de 2008

Tradiciones de la zona norte


La zona norte del país se caracteriza por diversas manifestaciones culturales que combinan la influencia de los pueblos indígenas andinos con la de los conquistadores hispanos, a las que se suma la gran importancia que poseen las tradiciones religiosas, destacándose las diabladas y los carnavales como la Fiesta de La Tirana y la Fiesta de la Virgen del Rosario de Andacollo.

Norte Grande


Abarcando las Regiones de Tarapacá y Antofagasta (primera y segunda respectivamente), el norte grande de Chile comprende un territorio marcado por los contrastes.


Una zona en que la aridez y sequedad del Desierto de Atacama se contrapone con la fertilidad de valles y oasis (como el Valle de Azapa y el Oasis de Pica). Contrastando también con la presencia de una gran diversidad biológica cuyas muestras más representativas están protegidas en los parques y monumentos nacionales Lauca, Isluga y Salar de Surire.

Pero el desierto y el altiplano no dejan de fascinar a lo largo de su geografía: el Valle de la Luna, con sus increíbles formaciones rocosas; las 300 mil hectáreas del Salar de Atacama, los impresionantes Geysers de El Tatio; o las numerosas fuentes termales, como las de Mamiña.


Por otra parte, es un territorio de grandes riquezas arqueológicas, naturales y culturales. Los Geoglifos de Cerro Pintado y los Pukarás de Quitor y Lasana, nos hablan del alto grado de desarrollo al cual llegaron los pueblos originales de la zona. Más recientes en el tiempo y en la historia del país, las oficinas salitreras como María Elena, son mudos testimonios de un pasado esplendoroso. Y La Fiesta de La Tirana, la muestra más representativa de la mezcla entre las tradiciones paganas y el catolicismo.


Cada una de las ciudades y pueblos de la región, es heredero de este pasado. Son muchos los pueblos como San Pedro de Atacama y Putre que están rodeados de kilómetros desérticos, cuya forma y ritmo de vida difieren grandemente al de las ciudades situadas en el litoral como Arica, Iquique y Antofagasta. Y también de Calama, surgida de la actividad minera de Chuquicamata, la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo.

Es una región para disfrutar reposadamente o para lanzarse a la aventura de explorar. Está dotada de toda la infraestructura y servicios necesarios para atender a los visitantes.